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miércoles, 10 de abril de 2024

Vista de las termas de Puente de Inca, enclavadas en el corazón mismo de la Cordillera de los Andes, a una altura de 2700 msnm.


Famosas mundialmente por sus aguas, sus baños y el hotel, se llegaba a los baños de este centro termal por medio de un puente natural, petrificado por la acción de las aguas meso termales impregnadas de sal, sobre el río Mendoza. Zona de numerosas fuentes termales, entre las que se destacan, Helio Marte, Champagne, Karlsbadina, Venus y Mercurio, de 35° a 38°. Muy cerca de allí el Aconcagua, y los cerros Tupungato, Tres Cruces y Ceniza, aptos para el andinismo y las caminatas. (José Benito de San Martín - La Lúcida Mirada de un hacedor) Gentileza de Nora y Jamime Correas

Penitentes de Nieve en la ladera del Volcán Overo. (1939) San Rafael. Mendoza. Argentina


El Volcán Overo está ubicado a pasos del distrito El Sosneado, en la naciente del Río Atuel. Se accede al lugar a través de la Ruta n° 144, y luego tomando la ruta 220 desde el centro del distrito. Se trata de una formación geológica que tiene más de 4.600 metros de altura, y está ubicado en plena Cordillera de los Andes. El Overo es un volcán inactivo, y se encuentra por ese motivo coronado por glaciares eternos. Es visitado anualmente por muchos andinistas que buscan hacer base y escalarlo, por esto es un lugar ideal para realizar andinismo superior. El camino del volcán conduce a una refinería de azufre, ubicada en la base, que funcionó hasta hace algunos años pero hoy en día está abandonada. De todos modos, es posible visitar las ruinas. Su formación tuvo lugar, según especialistas, en el plioceno o el cuaternario. En la edad anterior a la glacial se formó el cono central, con derrames de lava basáltica y formación de conglomerados. Debido a la erosión provocada por el paso de los años, en la actualidad su aspecto es un poco más achatado, y posee manchones de nieve en sus laderas. El volcán representa una buena excursión para todos los amantes del andinismo que quieran visitarlo. Además, al encontrarse cerca del distrito El Sosneado, es posible hacer una parada allí y conocer otros lugares interesantes y atractivos como el Hotel termal, la Cueva del Indio y la Laguna El Sosneado. Debido a que el volcán está ubciado en las nacientes del Río Atuel, es posible visitar la Laguna del Atuel, que da origen al río.

lunes, 8 de abril de 2024

Andenes de la Estación Constitución (terminal porteña del Ferrocarril Sud), en 1934.




El camino de las casuarinas (ca.1930) Quinta Agronómica. Donde hoy se emplaza el Parque Cívico de la Ciudad de Mendoza


La historia de la Quinta Agronómica –sitio donde hoy se emplaza el Parque Cívico de Mendoza– se remonta a 1853, cuando Sarmiento sugirió al Gobierno provincial la creación de una Quinta Normal y Escuela de Agricultura. El sitio se instituye actualmente como “uno de los más antiguos exponentes de paisaje rural-urbano” de la ciudad de Mendoza (M. J. Casaño; C. F. Martínez y C. M. Lasagno, 2018).  En 1870 se sancionó la ley 432 de organización de la enseñanza agrícola: el Departamento Agronómico comenzó a funcionar recién cuatro años más tarde, dentro del Colegio Nacional ubicado en el borde de la ciudad nueva, sobre calle Belgrano.  Ante la necesidad de contar con un terreno adecuado donde los alumnos pudieran desarrollar las prácticas y tener su propio edificio, el Gobierno de la Provincia, por encargo del Gobierno Nacional, compró en diciembre de 1872 los terrenos a Don Cirilo Godoy y a los herederos de Doña Manuela Rosas de Corvalán, conformando una superficie total cercana a las 25 hectáreas (L. Girini, 2006).   Según la autora, “el predio se ubicaba al sur de la calle Colón, límite sur de la Ciudad Nueva, en zona de potreros sobre un campo completamente abierto, despoblado y estéril” y tenía por límites: al oeste la calle del Alto de Godoy (actual Belgrano), al sur el zanjón de Astorga (actual zanjón Frías), al norte calle pública (actual Pedro Molina) y se conectaba con la calle de San Nicolás (actual San Martín) por una franja de terreno de 15m. En enero de 1878 el Departamento Agronómico se separó del Colegio Nacional, inauguró sus propias instalaciones y fue elevado al rango de Escuela Nacional de Agronomía. Los viveros de olivos, nogales y árboles frutales “tuvieron tal éxito, que pronto la escuela  proveyó pedidos de todas estas plantas, dentro y fuera de la provincia”.  Luego de un cierre temporal causado por la epidemia de cólera de 1886, y habiendo funcionado de manera intermitente, el establecimiento concluyó sus actividades en 1890, a raíz de un recorte presupuestario que hacía inviable su funcionamiento. En 1897 volvió a abrir sus puertas, como Escuela Nacional de Vitivinicultura, para lo cual la Provincia cedió a la Nación el predio y los edificios de la antigua Escuela Nacional de Agronomía.  El lugar ya se había convertido en una parada obligada del ocio dominical en las afueras, situación que se mantuvo hasta la década de 1920. Uno de los edificios de interés con que contaba la quinta “era el invernáculo, adquirido en Buenos Aires en 1879 e instalado en el centro del predio, en un sector especialmente acondicionado en la intersección del camino que comunicaba con la calle de San Nicolás y la vía principal de acceso a la escuela por calle Pedro Molina”. Allí se construyó una base elíptica de 2,5m de altura y más de 20m de longitud utilizada como depósito. Sobre esta plataforma y a través de una gran escalinata, se accedía al edificio de hierro y cristal, destinado al cultivo de especies que demandaban un ambiente controlado. Este esqueleto transparente formado por una serie de módulos estandarizados, “puso tempranamente una nota de modernidad al complejo y su visita se convirtió en uno de los paseos predilectos de las familias mendocinas”, en palabras de L. Girini.  Completaba el área destinada a la escuela una “plazuela enladrillada con parterres,” dotados con distintas especies arbóreas, que contribuyeron a atemperar los rigores del clima. El resto del predio estaba organizado en cuarteles, a partir de una retícula ortogonal de calles: tres que corrían de este a oeste y cinco en dirección norte-sur. Los caminos en su mayor parte estaban consolidados y flanqueados por hileras de árboles. En una nota de 1903, la revista Caras y Caretas daba cuenta de la relevancia del predio como destino de recreo de las clases altas:  “Los frondosos eucaliptus de la quinta agronómica de Mendoza, cobijaron el domingo anterior a la más selecta sociedad mendocina que concurrió a aquel paraje en son de fiesta. En los anales mendocinos no se recuerda desde hace muchos años un paseo campestre que haya sido realizado en las condiciones de aquél […]. A las tres de la tarde se sirvió un lunch y luego la orquesta dio la señal del baile al aire libre, en el amplio local que se había preparado”. Cuando la quinta se abría al público sus senderos se convertían en paseos “donde el tiempo parecía no transcurrir, porque las familias disfrutaban de los aromas, del contacto con la naturaleza y se identificaban con el trabajo del hombre […]. Sucedían los refinados y cautos pic-nic y hasta las poses familiares para que el fotógrafo se luciera con el verde paisaje de fondo o la cúpula del invernáculo”, relata R. Puig. ( Por Arq. Pablo Bianchi)


domingo, 7 de abril de 2024

Miembros del Club Alpinistas de Mendoza en ascención al Cerro El Plata. Obsérvese al fondo de la imagen del Glaciar (1939) Provincia de Mendoza



Vista aérea de la cancha de Ténis que existía en el Hotel de Villavicencio. (1939) Provincia de Mendoza



El Refugio de los Horcones en plena Cordillera de los Andes. (foto de 1939) Provincia de Mendoza


En 1909, el Hotel Termal Puente del Inca, propiedad de la Compañía Sudamericana de Hoteles, encara la construcción de un refugio, con la finalidad de ampliar los servicios que les venía brindando a sus pasajeros. El lugar elegido dista 4,5 km y recae sobre la base de la ladera este del cerro Agua Salada, al norte de la Laguna Horcones. 
Si bien su presencia, revistió un hito de importancia para la época, no abunda información sobre su construcción y funcionalidad. En las imágenes que aún se conservan, se destaca que los muros y la cúpula, estaban construidos en mampostería de piedra, unidos posiblemente, mediante un mortero de cemento, cal y arena. Asimismo, se aprecia que era un edificio pequeño, de planta rectangular, asentado sobre una base de piedra; techo de chapa a dos aguas, una de las cuales cubría, una galería abierta que miraba al este. Al mismo se accedía, por una escalera de cuatro peldaños. Lo remataba al norte un falso torreón cilíndrico, de una altura algo mayor que el resto y techo con forma de cúpula semiesférica, que impedía la acumulación de nieve (similar al de la casucha del rey Las Cuevas). Sus paredes estaban rodeadas de pequeñas ventanas elevadas, que proveían iluminación natural y una gran puerta de ingreso, al noreste. (fuente de datos:  huellascuyanas)

martes, 2 de abril de 2024

La Alameda. El histórico paseo del centro mendocino. (c.1930) Ciudad de Mendoza


El clásico paseo de la Avenida San Martín se inauguró en 1808 y en sus orígenes tenía una extensión de seis cuadras en lo que en el pasado y hasta 1880 se llamaba calle "San Nicolás". Los vecinos formaron parte de la construcción, quienes tomaron como modelo el Paseo del Tajamar, en Santiago de Chile. Por iniciativa del español Juan Francisco Cobo se plantaron allí álamos, introducidos por él a la provincia. Durante la gobernación intendencia del General José de San Martín en 1814, la Alameda fue embellecida y extendida a sus 7 cuadras actuales, convirtiéndose en un verdadero paseo público con una doble hilera de álamos, un rosedal y asientos de cada lado, generando un nuevo ámbito social separado de la plaza fundacional. Hacia 1825, algunos viajeros dieron sus impresiones sobre la tranquilidad de la ciudad y algunas costumbres de sus habitantes, como dormir la siesta, tomar postres de nieve (helado) mientras paseaban por la Alameda y bañarse en el Tajamar (un antiguo canal de riego que hoy corre entubado debajo de este paseo). Hacia 1911, debido a su mal estado vegetativo, los álamos originales que le dieron su nombre fueron remplazados por tipas blancas y acacias visco que hoy luce el paseo. 


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